PROPÓSITO DE LA ACTIVIDAD
El
propósito de esta sesión es que los estudiantes fundamenten cómo el conocimiento
acerca de microorganismos, como el COVID-19, permite implementar medidas de
prevención para cuidar nuestra salud.
EL ORIGEN DEL VIRUS
Tras
detectarse en diciembre de 2019 y enero de 2020 en la ciudad china de Wuhan una
acumulación de casos de neumonía de origen desconocido, en febrero tres equipos
de investigadores chinos publicaron por fin todos los detalles del causante: un
nuevo coronavirus humano al que la OMS denominó provisionalmente 2019-nCoV. El
coronavirus, posteriormente designado SARS-CoV-2 por el Comité Internacional de
Taxonomía de Virus, es el séptimo patógeno humano de esta clase que se conoce.
Cuatro de ellos provocan resfriados comunes, mientras que los dos restantes
causan respectivamente el Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS) y el
Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS).
El
análisis de su genoma reveló que es en un 79,6% idéntico al virus del SARS y en
un 96% idéntico a coronavirus de murciélagos, por lo que se asume que se
transmitió de estos animales a los humanos a través de otra especie aún no
confirmada —se sugirió el pangolín, pero se ha cuestionado. Una investigación
del gobierno chino publicada por el diario South China Morning Post indicaba
que el primer paciente fue una persona de 55 años de la provincia de Hubei que
contrajo el virus el 17 de noviembre. Aunque inicialmente se situó el foco
original en el mercado de mariscos de Wuhan, no hay pruebas de ello.
EL
VIRUS SARS-COV-2
Los coronavirus son así conocidos desde
1968 porque al microscopio electrónico aparecen rodeados por un cerco de
proyecciones redondeadas, distintas a las puntiagudas del virus de la gripe. La
envoltura del virus está formada por las proteínas Spike (S), Envelope (E) y
Membrane (M), mientras que en su interior se encuentra la proteína Nucleocapsid
(N) junto con su genoma, un ARN de cadena sencilla de gran tamaño, con casi
30.000 bases.
La
proteína S es la llave que el virus utiliza para invadir las células humanas,
uniéndose a una proteína de la superficie celular llamada Enzima Convertidora
de Angiotensina 2 (ACE2), presente sobre todo en las células de los vasos
sanguíneos del corazón y el riñón, así como en los epitelios de pulmones e
intestino.
LA ENFERMEDAD COVID-19
En
febrero, la OMS denominó COVID-19 (COronaVIrus Disease 2019) a la enfermedad
causada por el SARS-CoV-2, que había sido previamente anunciada en enero como
un brote de neumonía de causa desconocida en la ciudad china de Wuhan que
inicialmente afectó a 44 personas. Los pacientes presentaban fiebre, tos y
dificultades para respirar, y las radiografías mostraban cuadros de neumonía en
algunos de ellos.
Hoy se sabe que el virus se transmite
fácilmente entre humanos por las pequeñas gotas expulsadas con la tos o el
estornudo. Su número básico de reproducción R0 (el número de personas a las que
suele contagiar cada paciente) se ha estimado en torno a 2,2, entre 2 y 2,68.
LA PREVENCIÓN Y LOS
TRATAMIENTOS
Aunque
están en marcha centenares de ensayos clínicos contra la COVID-19, aún no
existe una terapia específica aprobada, por lo que los pacientes reciben sobre
todo tratamientos sintomáticos. Ya hay vacunas en pruebas, pero su aprobación
se demorará más de un año, tal vez dos. Actualmente la lucha contra el virus se
centra en la prevención mediante el aislamiento de los casos confirmados, la
cuarentena de los sospechosos, el distanciamiento social y la higiene, sobre
todo el lavado de manos, que las autoridades sanitarias contemplan como una de
las medidas más poderosas para contener los contagios.
EL DISTANCIAMIENTO SOCIAL
El
distanciamiento social, también llamado "distanciamiento físico",
significa mantener un espacio entre usted y las demás personas fuera de su
casa. Para practicar el distanciamiento social o físico
El
COVID-19 se propaga principalmente entre personas que están en contacto cercano
(dentro de 1 metro aproximadamente) por un período prolongado. La propagación
ocurre cuando una persona infectada tose, estornuda o habla, y las gotitas de
su boca o nariz se expulsan al aire y terminan en la boca o nariz de las personas
cercanas. Estas gotitas también pueden inhalarse y entrar en los pulmones.
Estudios recientes indican que las personas que están infectadas, pero no
tienen síntomas probablemente también juegan un rol en la propagación del
COVID-19.
Podría
ser posible que una persona contraiga el COVID-19 al tocar una superficie u
objeto que tenga el virus y luego se toque la boca, la nariz o los ojos. Sin
embargo, no se cree que esta sea la principal forma en que se propaga el virus.
El COVID-19 puede vivir por horas o días sobre una superficie según factores
como la luz solar, la humedad y el tipo de superficie. El distanciamiento
social ayuda a limitar las oportunidades de entrar en contacto con superficies
contaminadas y personas infectadas fuera de la casa.
Aunque
el riesgo de enfermarse gravemente puede ser diferente para cada uno, cualquier
persona puede contraer y propagar el COVID-19. Todos tenemos un rol que cumplir
para desacelerar la propagación y protegernos a nosotros mismos, nuestra
familia y nuestra comunidad.
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